¡Oh, qué espléndida es la iglesia como el huerto del Señor!

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1
¡Oh, qué͜ espléndida͜ es la iglesia como͜ el huerto
del Señor!
El nos trajo͜ aquí para experimentar
A͜ este Cristo disfrutable con los santos en unión,
Quien es fresco, disponible,͜ y sin igual.
 
¡Qué contento en Su huerto͜ estoy,
Donde por Su gracia crezco hoy!
Del árbol de la vida puedo͜ a diario aquí comer
Y del río de agua viva͜ es mi beber.
2
No͜ es escuela͜ o factoría, ni ningún “culto radial”,
Sino͜ un huerto͜ en que͜ el Señor puede sembrar.
Pues, por eso, El nos hizo hoy Su huerto͜ encantador,
Donde͜ en vida El nos puede cultivar.
3
En la vida de la͜ iglesia hay un árbol para ti
Con el fruto de la vida a granel.
No te͜ enreden tus conceptos—de͜ ese árbol come,͜ así
Toma a Jesús ¡Es dulce cada vez!
4
Con el árbol fluye el agua—Dios en Cristo͜ a nuestro ser,
Apagando toda nuestra sequedad.
¡Aleluya! por la vida que nos hace͜ así crecer,
Por el agua que͜ el Espíritu nos da.
5
¿No te sientes satisfecho que͜ el Señor te trajo͜ aquí,
Donde fluyen las riquezas de Su ser?
Sé contento y͜ en tu͜ espíritu disfruta de͜ El allí
Para que Su huerto pueda florecer.
3
Pedro Menéndez

P.R.

En 1ra de Corintios 1:9 dice que nuestro Dios fiel nos llamó a la comunión de Su Hijo, Jesucristo. La palabra comunión conlleva el pensamiento de disfrute. A veces la gente celebra algo con una fiesta. Para nosotros, tener comunión juntos es como celebrar una “fiesta”. Una fiesta es una comunión. Podemos considerar la reunión cristiana como una fiesta cristiana. Cada reunión es una fiesta para nosotros. Estoy interpretando la palabra fiesta en un sentido muy positivo. Una fiesta es un disfrute. Si estamos en una fiesta, usted me disfrutará a mí y yo lo disfrutaré a usted. Compartiremos mutuamente nuestro gozo y nuestros sentimientos. Nos sentimos muy contentos cuando nos reunimos con los santos porque nuestra reunión, en un sentido positivo, es una fiesta.

En nuestro himnario, hay un himno acerca de la iglesia, que dice: “¡Qué contento en Su huerto estoy! ” (Himnos, #379). Es difícil disfrutar tal himno cuando estamos solos. Si estamos solos en casa, en nuestra sala, se nos hará difícil cantar: “¡Qué contento en la sala estoy! ”. Pero si está en una pequeña reunión de grupo compuesta de diez a quince santos, podrá declarar: “¡Qué contento estoy! ”, porque está teniendo comunión, porque está en una fiesta. Esta fiesta es diferente de las fiestas del mundo, en las que hay cosas pecaminosas y mundanas. Ésta es una fiesta del Hijo, Jesucristo. Nosotros le disfrutamos. Estamos contentos con Él y estamos contentos a causa de Él. Estamos muy contentos porque Él es nuestro gozo. Él es nuestro disfrute. Nuestra comunión, nuestro disfrute, nuestra fiesta, consiste en participar del Cristo todo-inclusivo. El Dios fiel nos llamó con un propósito, el cual consiste en que participemos de Su Hijo, Jesucristo. Esto significa que Dios nos dio a Cristo y que nos llamó al disfrute de Cristo.

Sacado de: El don sobresaliente para edificar la iglesia, capitulo 1 (LSM)


Hna. Gabriela Menez López

Ciudad De México, Mexico

¡Oh qué espléndida es la iglesia como el huerto del Señor !! El nos trajo aquí para experimentar A este Cristo disfrutable con los santos en unión, Quien es fresco, disponible, y sin igual. Juan 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de Vida; el que a Mi viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás!! ¿No te sientes satisfecho que el Señor te trajo aquí, Donde fluyen las riquezas de Su ser? Sé contento y en tú espíritu disfruta de El allí Para que Su huerto pueda florecer. Ef 3:20-21 Ahora bien, a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos O pensamos, según el poder que actúa en nosotros, a Él sea gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones por los siglos de los siglos. Amén!!!


Wilson Delgado

Houston, Tx, United States

Hallelujah