Es por Su Espíritu que Dios

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1
Es por Su͜ Espíritu que Dios
Hoy se trasmite͜ a nuestro ser;
Se͜ experimenta sólo͜ así
Al Dios que͜ en Cristo nos da El.
2
Dios como͜ el Padre: fuente es,
El Hijo͜ es Dios en Su͜ expresión,
Como͜ el Espíritu͜ entra Dios
A nuestro ser como porción.
3
El Padre͜ en luz oculto͜ está,
El Hijo͜ al hombre lo mostró,
Lo trasmite͜ el Espíritu,
Y se revela͜ en lo͜ interior.
4
Dentro del Padre͜ el Hijo͜ está,
Hoy el Espíritu es El;
Padre, Hijo y͜ Espíritu
Uno son hoy con nuestro ser.
5
Incorporado͜ el Padre fue,
Dios en Su Hijo se͜ expresó,
El Hijo con Su re͡alidad
Dios el Espíritu nos dio.
6
Venga del Padre Su amor,
Del Hijo gracia͜ y comunión
Por el Espíritu de Dios,
Para tenerlo por porción.
2
Pedro Menéndez

Puerto Rico, United States

Por medio de la impartición del Padre, la impartición del Hijo y la impartición del Espíritu, junto con la supereminente transmisión de Cristo, Dios se ha transmitido a nosotros. El resultado de esto es que la iglesia es producida. La iglesia no es una organización, ni es simplemente una reunión de creyentes. Cuando disfrutamos la impartición de la Trinidad Divina, y nos reunimos para transmitir dicha impartición a otros, de modo que ellos también la disfruten, el resultado de ello es la iglesia.

Un estudio más profundo en cuanto a la impartición divina,

Capítulo 11 (LSM)


Pedro Menéndez

Puerto Rico, United States

En Juan 17 Jesús oró al Padre, diciendo: “Para que todos sean uno; como Tú, Padre, estás en Mí, y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros; para que el mundo crea que Tú me enviaste” (v. 21). La unidad por la cual el Señor oró aquí es un estado de coinherencia, es decir, una morada mutua del Padre, del Hijo, del Espíritu y de los creyentes, en la cual todos moran el uno en el otro. El Padre está en el Hijo, el Hijo está en el Padre, y todos los creyentes están en el Padre y el Hijo. De esta manera los creyentes participan de la unidad de la Trinidad Divina. Esta participación indica la impartición de la Trinidad Divina. Él imparte, y nosotros recibimos y disfrutamos la unidad que existe en y entre la Trinidad Divina. Ahora bien, además del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, nosotros llegamos a ser el cuarto participante en esta unidad. Sea que lo podamos explicar O no, es un hecho que la unidad revelada en Juan 17 es una unidad de cuatro entidades. Incluir al cuarto participante en esta unidad no fue fácil. El Señor llevó a cabo muchas cosas para poder entrar en nosotros e introducirnos en el Dios Triuno a fin de hacernos uno con el Dios Triuno. Todo esto se debe a la impartición divina.

La línea central de la revelación divina, capítulo 22 (LSM)