En el principio un huerto se vio

1
En el principio un huerto se vio,
Mas al final es la Ciudad de Dios;
El huerto Dios logró por la cre͡ación,
Mas la Ciudad por Su͜ edificación.
2
Tanto͜ en el huerto como͜ en la Ciudad
El río y͜ árbol de la vida͜ están;
Tipos de Cristo, suministro re͡al,
Y del Espíritu el manantial.
3
En ese huerto y͜ en esa Ciudad
Tres materiales preciosos se ven:
Perlas, el oro y piedras sin par,
Para que Dios Su obra pueda͜ hacer.
4
Mas en el huerto por la tierra͜ están
Los materiales, sin utilidad;
Pero se ven en la Santa Ciudad
Edificados en glorioso͜ hogar.
5
Dios en el huerto al hombre formó,
De barro su naturaleza fue;
No disfrutaba vida͜ en su͜ interior,
No͜ estaba͜ el árbol de la vida͜ en él.
6
Pero el árbol crece͜ en la Ciudad
Dentro de ese hombre corporal;
Es Cristo mismo para͜ el hombre͜ allí,
La provisión de vida divinal.
7
Fue͜ el hombre hecho para la Ciudad,
Dios por Su vida lo transformará
En perlas, oro y piedras sin par
Para el Cuerpo del Señor lograr.
8
En ese huerto recibió Adán,
La͜ ayuda͜ idóne͡a que Dios proveyó;
Mas al final habrá una Ciudad
La plenitud que el Señor dese͡ó.
9
Esta Ciudad es la͜ edificación
De todos los que Dios justificó;
Ella͜ es la͜ amada Novia del Señor,
Y para Dios Su misma͜ habitación.
10
Es la completa expresión de Dios,
Corporativa y universal;
Es complemento para el Señor
Que͜ en gloria Dios ha de manifestar.
1
Un Hermano En: P.R.

United States

Al inicio de las Escrituras, en la vieja creación de Dios, había un huerto, el huerto del Edén (Gn. 2:8). Al final de las Escrituras, en la nueva creación de Dios habrá una ciudad: la ciudad de la Nueva Jerusalén. El huerto y la ciudad en los dos extremos de las Escrituras se reflejan entre sí y tienen como vínculo mutuo el árbol de la vida (v. 9; Ap. 22:2). El huerto era resultado de la creación de Dios, mientras que la ciudad será la consumación del edificio de Dios, una edificación que Dios ha estado llevando a cabo a lo largo de todas las dispensaciones de la vieja creación, esto es: la dispensación de los patriarcas, la dispensación de la ley, la dispensación de la gracia y la dispensación del reino. Con base en Su vieja creación y a través de todas las dispensaciones, Dios ha estado realizando Su obra de edificación según corresponde a la regeneración y la resurrección. El máximo resultado y la máxima consumación de esta obra de edificación será la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y la tierra nueva como manifestación de Dios en Su nueva creación por la eternidad. No es una creación que el poder divino de Dios realice según corresponde a llamar lo que no es como existente, sino que es una edificación realizada por la vida divina de Dios según corresponde a la regeneración de las cosas existentes con la vida de resurrección a fin que éstas sean hechas uno con Dios en Su vida divina y en Su naturaleza divina con miras a Su expresión.

LA CONCLUSIÓN

DEL NUEVO TESTAMENTO

MENSAJE 13 (LSM)