1
Si resurrección anhelo,
Tengo que la cruz amar;
De la muerte surge vida,
De la pérdida,͜ el ganar.
Tengo que la cruz amar;
De la muerte surge vida,
De la pérdida,͜ el ganar.
Muerte vida trae,
Muerte vida trae,
Surge vida de la muerte,
Muerte vida trae.
Muerte vida trae,
Surge vida de la muerte,
Muerte vida trae.
2
Para que se forme Cristo,
Yo no debo más vivir.
Bajo de la cruz viviendo,
Mi͜ alma tiene que morir.
Yo no debo más vivir.
Bajo de la cruz viviendo,
Mi͜ alma tiene que morir.
3
Si me clava Dios con Cristo,
Por Su͜ Espíritu͜ a la cruz;
Sólo͜ así Su muerte͜ obrando
Vida͜ en mí saldrá͜ a la luz
Por Su͜ Espíritu͜ a la cruz;
Sólo͜ así Su muerte͜ obrando
Vida͜ en mí saldrá͜ a la luz
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Puerto Rico, United States
La crucifixión, es decir, el matar O la muerte, de Cristo acompaña Su resurrección.
Filipenses 3:10 dice: “A fin de conocerle, y el poder de Su resurrección, y la comunión en Sus padecimientos, configurándome a Su muerte”. Un buen himno que habla del hecho de que la muerte de Cristo acompaña la resurrección es el himno #297 en Himnos. La primera estrofa de este himno dice:
Si resurrección anhelo,
Tengo que la cruz amar;
De la muerte surge vida,
De la pérdida, el ganar.
El elemento de la muerte de Cristo está en el Espíritu compuesto (Éx. 30:23a). Los antibióticos contienen ciertos elementos que matan los microbios. En los antibióticos los elementos que matan son como el elemento de la muerte de Cristo, la cual compone al Espíritu. Este elemento que mata que está en el Espíritu compuesto se aplica a todas las personas, cosas y asuntos negativos que están relacionados con nosotros en nuestra vida diaria, nuestra vida de iglesia y en nuestra obra, mediante el Espíritu que nos unge como el ungüento de la unción (1 Jn. 2:20, 27; Ro. 8:13b; Gá. 5:24). La unción dentro de nosotros es el mover del Espíritu compuesto como ungüento compuesto. Mediante esta unción, se aplica un elemento que mata para matar todas las cosas negativas en nuestra vida.
El elemento del Espíritu compuesto que mata lo negativo, aplicado a todas las personas, cosas y asuntos negativos en nuestra vida, tiene como fin que nosotros vivamos una vida crucificada por medio del poder de la vida de resurrección de Cristo (Fil. 3:10). Los himnos #297 y 199 en Himnos se refieren al poder de la resurrección que nos capacita para vivir una vida crucificada. La segunda estrofa del himno #199, escrito por A. B. Simpson, dice:
Dulce es morir con Cristo
Si vivo en resurrección,
Y llevar Sus sufrimientos
Si rebosa el corazón.
En resurrección Él mora
En mi ser con gran poder,
Y por eso muy contento
Al Calvario yo iré.
El Dios Triuno es vida para el hombre tripartito, capítulo 8 (LSM)
Monterrey, Mexico
Parece imposible pero así es la muerte trae vida, para que se forme Cristo en mi ya no debo más vivir, j tengo que vivir bajo la cruz y tengo que morir a mi alma, a mi yo a mis gustos y deseos y dejar que Cristo viva en mi y sea formado en mi, amén así sea.
Bayamon, Puerto Rico, United States
Alabado sea el Señor, esté himno me lleva a ver que en nosotros está el poder de resurrección. La Palabra del Señor dice en Fil. 4:13 que “Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece”. Aquel que nos fortalece es el poder de resurrección. “Aleluya que por medio de El podemos vivir una vida que expresa y magnifica a Cristo.