Tal como soy, sin más decir

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1
Tal como soy, sin más decir
Que en Tu sangre yo creí,
Ya que me͜ invitas vengo así,
Cordero de Dios, vengó͜ a Ti.
2
Tal como soy, sin demorar
Para quitarme mi maldad;
Mi ser Tu sangre limpiará,
Cordero de Dios, vengó͜ a Ti.
3
Tal como soy, en confusión,
Conflicto, duda͜ y tentación,
Aunque con luchas y temor,
Cordero de Dios, vengó͜ a Ti.
4
Tal como soy, pobre͜ infeliz,
Por mi carencia͜ a Ti͜ acudí,
Salud y gozo halló͜ aquí,
Cordero de Dios, vengó͜ a Ti.
5
Tal como soy, me͜ aceptarás,
Dando͜ el perdón, con vida͜ y paz;
Pues Tu promesa yo creí,
Cordero de Dios, vengó͜ a Ti.
6
Tal como soy, Tu gran amor
Ya mis barreras derribó;
Soy todo Tuyo, mi Señor,
Cordero de Dios, vengó͜ a Ti.
2
Noelia Vera

Quellon, Chiloé, Chile

Este himno me inspira cada mañana y soy tocada por el Señor a seguirle en la comunión matinal, ha sido de mucho provecho en mi vida Cristiana de presentarme ante el Señor Tal como soy y el Espíritu Santo me guía a cantarlo gracias Señor Jesús.


Pedro Menéndez

Bayamon, PR, United States

Este himno fue escrito por una joven en sus veinte. Ella tenía la sensación de pecado desde que era muy joven. Se preguntaba, cómo una persona como ella podría enfrentar a Dios. Para ella esto era imposible. Visitó muchas iglesias y habló con muchos pastores. Les hizo preguntas y trató de descubrir de ellos cómo podía ser salva. Esto continuó durante siete u ocho años. Muchos le dijeron que tenía que hacerlo mejor antes de poder creer en Jesús. Otros le dijeron que debería orar más y estudiar más la Biblia. Otros le dijeron que hiciera el bien y realizara actos nobles, O que hiciera esto O aquello antes de que ella pudiera creer en el Señor Jesús y ser salva. Con el paso del tiempo, se encontró peor que antes. Al final, conoció a un viejo predicador. Le preguntó, qué debía hacer antes de que pudiera ser salva. El anciano le puso la mano en la espalda y le dijo: "Ve a Dios tal como eres". Ella saltó y preguntó: "¿No tengo que hacerlo mejor, progresar más y mejorar más antes de poder creer en el Señor Jesús?" El anciano le dijo: "No hay tal necesidad. Puedes venir tal como eres". Ese día, ella fue aclarada y se dio cuenta de que podía venir al Señor tal como era.

Dios sabe que estamos enfermos. Por eso nos envió al Doctor. Amigos, ¿alguna vez han estado enfermos? Supongamos que tengo fiebre de ciento cinco grados. Si le pido al médico que venga, ¿me dirá que vendrá cuando la temperatura baje a ciento tres? Cuanto más enfermo estoy, más rápido vendrá el médico. Si la temperatura de una persona es de noventa y ocho grados, el médico puede decir que dado que solo es de noventa y ocho grados, no hay necesidad de ir. Cuanto más grave sea su enfermedad, más rápido acudirá el médico. La joven admitió que ella era una persona enferma y que Jesucristo es el médico que vino a sanarla. No mucho después de que ella regresó a casa, escribió este himno: "Tal como soy ... ¡Vengo! ¡Vengo!" a Ti.

Sacado de (Collected Works of Watchman Nee, The (Set 2) Vol. 21: The Christian (1934-1940), Chapter 10, Section 2)