Acaso murió mi Señor

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1
¿Acaso murió mi Señor?
¿Sangró mi Salvador?
¿Lo más sagrado se͜ ofreció
Por un vil como yo?
 
En la cruz, en la cruz do primero vi la luz,
Y la carga de mi alma se͜ me fue;
En la cruz por fe yo vi a Jesús,
Y͜ siempre feliz con El seré.
2
En un madero El sufrió
Por causa de mi͜ error;
¡Qué asombrosa Su merced
E͜ inmensurable͜ amor!
3
El sol por eso se͜ escondió,
Su gloria encerró
Cuando Jesús, el gran Cre͡ador,
Por el hombre murió.
4
Aunque mi rostro͜ escondo yo,
Al contemplar la cruz,
Se me derrita͜ el corazón
En honda gratitud.
5
¿Con qué podría yo pagar
La͜ ofrenda de Su͜ amor?
Ya no me queda nada más;
Me͜ entregó͜ a Ti, Señor.
1
Un Hermano En: P.R.

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Cristo murió en la cruz para efectuar nuestra redención. Pero aunque fue muerto en Su cuerpo, Él fue vivificado y fortalecido en Su Espíritu, incluso antes de la resurrección. En este Espíritu vivificado y fortalecido Él fue a proclamar a los ángeles rebeldes la victoria de Dios sobre el líder de ellos: Satanás. Por tanto, la muerte de Cristo no solamente efectuó la redención en favor nuestro, sino que también logró la victoria sobre Satanás y sus seguidores. Después de Su muerte y antes de Su resurrección, Cristo proclamó ante los seguidores de Satanás la victoria obtenida por Dios sobre el diablo mediante la crucifixión de Cristo. Ésta fue la obra realizada por Cristo en Su sepultura.

LA CONCLUSIÓN

DEL NUEVO TESTAMENTO

MENSAJE 72

CRISTO: SU OBRA (LSM)