Al Santísimo Lugar

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1
Al Santísimo Lugar,
Trono de Su gracia͜ aquí,
Cruzó͜ el velo para͜ orar,
Dejó͜ el río͜ en mí fluir.
2
El Santísimo Lugar
Es mi͜ espíritu͜ interior,
Donde͜ habita mi Señor
Con mi͜ espíritu͜ en unión.
3
A͜ mi espíritu͜ entraré,
Aquí encuentro͜ a mi Señor;
¡Qué maravilloso es!
El morando͜ en mi͜ interior.
4
Cristo en resurrección
Es fragancia celestial;
En mi͜ espíritu͜ al orar
Cristo͜ en mí se͜ esparcirá.
5
Al tocar mi͜ espíritu
Sus riquezas me dará;
Vida, gracia, luz, y͜ amor
Como͜ un manantial saldrán.
6
Si le toco͜ en mi͜ interior
Le podré͜ experimentar,
Por la ley de vida͜ en mí
Y Su dulce͜ unción probar.
7
Yo quisiera disfrutar
En mi͜ espíritu͜ interior,
Del maná͜ escondido͜ allí
Con mi͜ amado Salvador.
8
Cuando se͜ haga re͡al en mí
La vida͜ en resurrección,
Aceptado yo seré
Como la vara de͜ Aarón.
9
Hallo͜ el vivo manantial
De tu rica gracia͜ aquí;
Fluye como͜ un gran caudal
Esta gracia para mí.
10
Al reunirnos para͜ orar
Todo͜ espíritu͜ estará
Liberado para Tu
Servicio sacerdotal.
11
El Santísimo Lugar
Es donde se halla͜ a Dios;
Gracia plena͜ emana allí
Desde͜ el trono del Señor.
2
Pedro Menéndez

P.R.

Si nos encontramos en el desierto, lejos del tabernáculo, todavía podemos, por la misericordia de Dios, disfrutar del maná como una experiencia cotidiana. Sin embargo, ésta es una experiencia muy superficial, externa y nada íntima. Dios desea que entremos al Lugar Santísimo y tengamos una relación íntima y cercana con Él, y que podamos tocar la urna de oro. Es aquí, en la naturaleza divina de Dios, que se encuentra el Cristo escondido como el maná celestial escondido. En ningún otro lugar podemos encontrarle. Hoy en día, la naturaleza divina de Dios se halla en nuestro espíritu. El problema es que aunque ciertamente tenemos la urna de oro, a menudo nos encontramos lejos de nuestro espíritu. No es necesariamente cuando peleamos y discutimos con otros que nos hallamos fuera de nuestro espíritu. Aun cuando bromeamos con los hermanos nos salimos de nuestro espíritu. Asimismo, ser religiosos es muy diferente de estar en el espíritu. Cuando actuamos religiosamente somos llevados hacia el desierto. De manera, pues, que la urna de oro se halla en el Arca; el Arca está en el Lugar Santísimo, y el Lugar Santísimo está unido a nuestro espíritu. Me gusta mucho un himno que dice:

En mi espíritu, más profundo aun,

Quiero tocar al Señor que amo,

Tocarle en Su profundidad secreta

Y gustar de Su maná escondido.

Dentro del Lugar Santísimo se encuentra el Cristo que es el Arca de Dios y que contiene la urna de oro. En este Cristo encontramos la naturaleza divina y también el maná escondido, ya que el Cristo escondido está dentro de la naturaleza divina. A fin de participar de esta especial porción, la mejor poción que es Cristo mismo, debemos tener contacto con la naturaleza divina. En principio, todos los que disfrutan de esta porción se encuentran en el Lugar Santísimo.

Estudio vida de Hebreos, capítulo 59 (LSM)


Juan Antonio Bermúdez Navarro

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas - Mexico

Amén hermanos, gracia y Paz del Señor Jesús para toda familia en Cristo, hermosos himnos , Gracias