1
El Espíritu viviente
Nuestra re͡alidad
Es Jesús al que͜ invocamos
Con simplicidad
Nuestra re͡alidad
Es Jesús al que͜ invocamos
Con simplicidad
El Espíritu viviente,
Hay que proclamar;
Es Jesús, precioso nombre,
Rico͜ al invocar.
Hay que proclamar;
Es Jesús, precioso nombre,
Rico͜ al invocar.
2
Vive͜ ahora en nosotros,
Dando libertad;
Prueba͜ y ve, no tiene fondo
Su benignidad.
Dando libertad;
Prueba͜ y ve, no tiene fondo
Su benignidad.
3
El Espíritu viviente
Bulle͜ en nuestro ser;
El es la Palabra viva
Al orar-leer.
Bulle͜ en nuestro ser;
El es la Palabra viva
Al orar-leer.
4
El Espíritu viviente
Hoy fluyendo͜ está;
Por la comunión de vida
Surge la͜ unidad.
Hoy fluyendo͜ está;
Por la comunión de vida
Surge la͜ unidad.
5
El Espíritu viviente,
¡Qué rico manjar!
En el Cuerpo͜ al disfrutarle,
Se le͜ alabará.
¡Qué rico manjar!
En el Cuerpo͜ al disfrutarle,
Se le͜ alabará.
Delete Comment
Are you sure you want to delete this comment?
Ayudar a las personas a que sepan
que Jesús es el Espíritu viviente
Después de ayudar a las personas a orar, debemos ayudarlas en otras áreas; de lo contrario, no serán salvas de una manera apropiada. Primero, debemos ayudarlas a que sepan que creer en Jesús es recibirle como el Espíritu viviente. Debemos recalcar mucho este asunto. Debemos decirles que Jesús hoy en día está en el Espíritu y que, de hecho, Él es el Espíritu viviente, real y verdadero. Es por ello que podemos abrir nuestro corazón y nuestro espíritu, es decir, podemos abrir todo nuestro ser para recibirlo a Él. Tenemos que recalcar este asunto una y otra vez. De este modo, las personas que sean salvas serán cristianos vivientes; pues, de lo contrario, únicamente serán personas religiosas, y no cristianos vivientes, y únicamente tendremos unos cuantos miembros religiosos. Por esta razón, debemos leerles algunos versículos que muestren que Cristo es nuestra vida y que Él vive en nosotros. Debemos ayudarles a que conozcan esto. No debemos pensar que hay que esperar a que ellos tengan mucho tiempo de ser salvos para decirles que Cristo es vida. No, más bien, debemos decirles esto desde el primer día. Yo fui salvo de esta manera. Cuando fui salvo, incluso me dijeron que había sido crucificado con Cristo. Yo comprendí en ese entonces que estaba acabado; que había muerto con Cristo y que ya había sido sepultado. Ahora ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí. De este modo, escuché el evangelio completo.
No debemos pensar que esto es demasiado profundo. Tal vez sea demasiado profundo para algunos de los que están en el cristianismo, pero no es demasiado profundo para los pecadores. Les animo a que lo intenten. No prediquen el evangelio de la manera vieja; no digan: “Oh, esto es demasiado profundo. En unos seis meses podemos dejar que el hermano Lee sea quien les ministre sobre cómo Cristo es vida para los creyentes”. No, no está bien decir esto. En el Evangelio de Juan se encuentran muchas cosas que son profundas, pero a este libro aún se le llama evangelio. También se le llama evangelio a todo el libro de Romanos. El primer capítulo de Romanos nos dice que el contenido de todo el libro es el evangelio (vs. 1, 9, 15-16, cfr. 16:25). Incluso debemos aprender a predicar el evangelio de Romanos 12, y decirles a las personas que ellas tienen que ser miembros del Cuerpo de Cristo. Debemos decirles a las personas de una manera clara y detallada que Cristo es el Espíritu viviente hoy, y que Él está esperando que el hombre lo reciba como vida. Este asunto debe ser enfatizado.
Predicar el evangelio en el principio de la vida
Capitulo 2 (LSM)
CARTAS VIVAS DE CRISTO
Cuando la tinta se aplica al papel, se mezcla con el papel. Cristo mismo desea escribirse en nuestro ser para que nos convirtamos en Sus cartas vivas. Una carta de Cristo se compone de Cristo, el contenido mismo, para trasmitir y expresar a Cristo. Todos los creyentes de Cristo deben ser una carta viva de Cristo, de modo que otros puedan leer y conocer a Cristo en su ser. Nuestro corazón, el cual se compone de nuestra conciencia (la parte principal de nuestro espíritu), nuestra mente, nuestras emociones y nuestra voluntad, es la tabla sobre la cual se escriben las cartas vivas de Cristo con el Espíritu viviente de Dios. Esto da a entender que Cristo se escribe en todas las partes de nuestro ser interior con el Espíritu del Dios vivo para hacer de nosotros Sus cartas vivas a fin de expresarse en nosotros y permitir que otros lean a Cristo en nosotros.
El Arbol de la vida,
Capitulo 15 (LSM)